A menudo, escucho a gente exclamar desde un completo convencimiento que <<los demás serán respetados cuando se ganen su respeto>> Esta insolencia, es repetida a lo largo y lo ancho, como si fuera el más sensato de los razonamientos psicológicos. Muy al contrario, hace presagiar, una soberbia, ni admitida, ni cuestionada, en el arte de abordar las #relaciones, que prácticamente las sumerge, en la imposibilidad de dar lugar a algo, mínimamente, sano.
Discúlpenme, pero he de aclarar que nadie ha de ganarse sus respetos. Pueden ganarse un espacio en su vida, en sus sentimientos, en su casa, pero el respeto, simplemente no.
El respeto hacia los otros, no está subordinado a sus deseos, ni a sus creencias, ni a sus parámetros, ni mucho menos a su necesidad de ser agradado o a su deseo de no confrontar lo que le inquieta, molesta, o desestabiliza.
El respeto es algo que el otro se merece, sin #dependencia de usted. Si no, que, más bien, es algo que el otro ha de recibir, a pesar de usted. El otro no tiene que pagar, ni ser esclavo del momento evolutivo, personal, #psicológico y #emocional en el que usted se halla como persona. Pero su capacidad para respetar, le mostrará el camino.
<<Nadie tiene que ganarse tu respeto: Salgamos del error, en todo caso, es usted quien ha de ganarse algún respeto, siendo capaz de realizar el ejercicio de respetar>>.
Si usted no es capaz de respetar, es usted quién está en #problemas y, por cierto, que también, en la responsabilidad del #cambio. Puede que le hayan confundido, ayudándole a creer que puede relacionarse desde una posición de superioridad moral, personal o emocional respecto de los otros.
Pues en ese mismo punto, será usted quien está perdiendo toda humildad necesaria para ser un sujeto respetado.
El respeto tan vilipendiado, tan convertido en manejo de poder, no es un regalo con el que proveer a quien le favorece. En tales casos, hablamos de otras cosas, que lejos quedan de la #humildad que atañe al respeto.
Si usted solo respeta lo que le beneficia, lo que no le molesta, lo que puede controlar, lo que le mantiene convencido de que su posición o pensamientos son los correctos. O, simplemente, centrado en sus intereses: usted no tiene conocimiento alguno del noble arte del respeto.
El respeto es algo que logramos para con los otros, pero, para lo cual, hemos de haber realizado un inmenso trabajo previo, para con nosotros mismos, que nos permita, ser capaces de ubicarnos con sensatez y humildad en el espacio y lugar que nos corresponde, independientemente del rol que ocupemos en el mundo.
El respeto no es moneda de cambio. En tal caso, todo lo que estaremos ofreciendo será una manipulación cariñosamente disfradaza.
Recuerde que usted no va a dar, nada que no haya aprendido a darse. Y, aprender a respetarse es aún más difícil y confuso que aprender a dar respeto.
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