Hoy, todo el mundo comprende la importancia de la autoestima en la salud. Una gran cantidad de problemas psicológicos y emocionales están relacionados con la «mala autoestima».

Cuando hablamos de autoestima, hablamos de autoconcepto, o concepto que uno tienen de sí mismo y que resulta de la suma de pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias comportamentales que uno tiene hacia sí mismo, hacia su manera de ser, y hacia los rasgos que le son propios, tanto físicos como internos.

A consecuencia de ello, la persona se vivirá, desde una percepción de valía positiva o negativa, estable o inestable. Y se proyectara al mundo con mayor grado de seguridad o inseguridad.

Las consecuencias de la baja autoestima son múltiples y variadas y repercuten en diferentes áreas de la vida, generando emociones desagradables, que pueden variar de moderadas a intensas y, que, como denominador común, limitan la vida del paciente.

Aumentar la autoestima, no es un trabajo fragmentario, y aunque, hoy, nos encontramos con recomendaciones y consejos casi en cualquier revista o libro, sobre formas de mejorarla, la realidad es que pocas veces se logra el resultado deseado. La buena noticia es que superar problemas de autoestima, sí es posible. A través del diagnostico correcto y un trabajo completo, podemos lograr un autoconcepto saludable, que cambie sustancialmente la vida de la persona y haga desaparecer y disminuir gran cantidad síntomas negativos.