Habitualmente, cuando un paciente acude a consulta en busca de tratamiento para la rabia o la agresividad, nos encontramos ante un caso de agresividad activa.
La agresividad puede requerir de un abordaje terapéutico individual, o sistémico. Normalmente, nos encontramos ante un patrón de conductas violentas, de distinto grado, que obedecen a un modo particular de comprender la realidad y que, suscita emociones negativas e intensas, ante las cuales, el sujeto no sabe hacer una adecuada gestión.
Como en el caso de la ansiedad, la agresividad es una reacción de nuestro cuerpo ante estímulos que nos pueden poner en riesgo. En este sentido, se considera un mecanismo de defensa natural, que permite la adaptación como especie. Por el contrario, cuando la agresividad es constante o no se puede controlar, hablamos de un problema que requiere tratamiento psicológico.
En muchas ocasiones, el sujeto no tiene una adecuada conciencia de problema, o si la tiene, tiende a hacer interpretaciones desde las que justifica sus conductas. También, son frecuentes los casos, en los que, las personas habituadas a contextos muy agresivos, tienden a no interpretar su nivel de agresividad como algo relevante.
¿Cuáles son las causas de la agresividad?
Las causas del comportamiento agresivo pueden ser tan variadas como los modos en que se puede manifestar la agresión. Sin embargo, en términos generales, podemos dividir las causas en físicas, psicológicas y sociales, es decir, la agresividad puede originarse tanto por factores internos como externos.
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Factores físicos: Las personas con antecedentes de migrañas, trastornos por dolor, trastornos del sueño, epilepsia o enfermedades como el Alzheimer tienen una mayor tendencia a desarrollar episodios de violencia como resultado de sus afecciones, sobre todo cuando el trastorno no está diagnosticado ni en tratamiento.
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Factores psicológicos: Son las causas más comunes del comportamiento agresivo y se da con mayor incidencia en personas con depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, Trastorno por Déficit de la Atención con Hiperactividad (TDAH), Trastornos de personalidad y trastorno por estrés postraumático (TEPT). Además, puede ser una respuesta en personas con mucho estrés.
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Factores sociales: Ciertas situaciones de la cotidianeidad puedes generar conductas agresivas como discusiones, sentimiento de injusticia, congestión vehicular, conflictos familiares o laborales, entra otras causas. También se puede generar como respuesta a la agresión de otro o a un ambiente en el que el sujeto se siente indefenso.
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Otro factor importante que produce agresividad es la drogadicción, ya que ciertas drogas generar un descontrol de las emociones. En esta línea, el síndrome de abstinencia también es una causa de la agresividad.
¿Cuáles son los síntomas de la agresividad?
Cuando la agresividad tiene su origen en problemas psicológicos, los síntomas más frecuentes, son:
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Impulsividad
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Falta de control de las emociones
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Constantes sentimientos de ira
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Falta de empatía
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Comportamiento antisocial
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Falta de remordimiento
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Sentimiento paranoide de que los demás quieren hacerle daño
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Rencor
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Falta de autoestima
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Incapacidad para responder desde conductas más adaptativas